Con una prosa ágil y un ritmo constante, Madeleine Roux entrega una nueva historia en el universo Asylum que no vuela tan alto como podría debido a una trama predecible y las promesas incumplidas de su título.
Los libros de Asylum son una debilidad para mí. Leí los primeros hace una cantidad de años, todavía en escuela primaria, y recuerdo haberlos amado. Luego empezaron a salir spinoffs, historias aparte centradas en personajes secundarios de los libros principales, o ambientadas en el pasado. Estos fueron tres, y los tres eran increíbles, a pesar de rondar las escasas cien páginas.
Y un día, en la librería, me topé con este. Otro spinoff, ambientado cincuenta años antes de los libros principales, y con el largo de una novela normal: trescientas páginas. Mi corazón saltó un poquito, y lo compré sin pensarlo.
“Escape del Asylum” sigue a Ricky Desmond, un chico que, por un ataque de agresividad contra su padrastro, ha sido encerrado en Brookline, el infame hospital psiquiátrico presidido por el sádico Director Crawford. A lo largo de la novela, se vuelve más y más claro que Ricky es solo un conejillo de indias para los experimentos del director (que, si leímos ya lo otros libros, conocemos muy bien, y nos dan escalofríos), y que su presencia en el hospicio no es para nada una casualidad.
La novela es rápida de leer gracias al estilo efectivo de Madeleine Roux, que narra escenas sin desperdiciar ni una sola palabra, pero siempre describiendo lo suficiente para entender qué está sucediendo. Lo que no creo que está tan bien logrado es la trama en general, especialmente por lo predecible que es: creo que todos vimos la gran revelación sobre Ricky venir desde kilómetros de distancia.
Lo otro que le quita un poco de chispa es el título.
Acá me voy a meter en SPOILERS, así que si no quieren saber lo que pasa no lean lo que está en negritas. El título promete un escape de Brookline, promete que la trama se va a centrar en eso: en encontrar una manera de salir del hospicio. En cambio, el intento de escape ocurre en las últimas treinta páginas del libro, y parece más algo improvisado que planificado, además del hecho de que no tiene consecuencia alguna: el escape fracasa, pero al poco tiempo la madre de Ricky aparece en Brookline y se lo lleva de ese lugar, dándole al libro un final algo poco satisfactorio. La trama en general, en otras palabras, no cumple las expectativas de lo planteado por el título.
A pesar de lo mencionado anteriormente, fue una lectura disfrutable. Disfruté como un niño chico las referencias a los otros libros y los personajes que retornan (especialmente la enfermera Ash, que apareció por primera vez en el spinoff “El Director”), y a pesar de que un título diferente hubiera mejorado sustancialmente mi experiencia con el libro, esta fue de todas maneras pasable.
6/10
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